Hay un dicho que dice: los pueblos que ignoran su historia están condenados a repetirla.
Los ciclos económicos son eso, ciclos, lo que los convierte en previsibles. Nuestra falta de perspectiva a largo plazo (nuestro olvido de la historia) nos hace esclavos de sus consecuencias. La llamada crisis económica que nos ha sacudido era perfectamente predecible. Se tuvieron que haber tomado las medidas adecuadas pero no se hizo, y ahora pagamos ese error no sólo con dinero, sino también con recortes en derechos y libertades.
No sirve de nada buscar culpables, porque no lo somos nadie y lo somos todos. Lo único que cuenta es buscar soluciones y, sobretodo, reparar lo que está visto que no funciona.
Stépahne Hessel nos ha dado con su libro, un tirón de orejas a todos. Una colleja que ha despertado nuestras adormidas conciencias y ha puesto en marcha los motores del cambio.
El movimiento 15M es una manifestación conjunta de una ciudadanía indignada. Un ejemplo impresionante de solidaridad social. Miles de personas de diferentes edades y estratos sociales, unidas defendiendo un valor común y fundamental de nuestra sociedad: la democracia. Mientras que los representates electos de tal valor, se dedican a "dar palos" y no sólo de ciegos ante semejante fenómeno social.
Indignémonos...pero hagamos algo en consecuencia.
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