La economía sumergida representa el 17% del PIB, según Funcas · ELPAÍS.com
Me sorprendería que la gente se sorprendiera. En éste país de picaresca, el que más engaña es el rey. Quizás muchos se vean desconcertados por la cortina de humo, ya que la economía sumergida suele llevarnos inmediatamente a pensar en drogas, prostitución, corrupción o inmigración ilegal. Pero todos conocemos a alguien que hace chapuzas, limpia casas, es camarero extra, es un falso becario haciendo el trabajo de un profesional, no dice toda la verdad a hacienda, recibe ayudas económicas que no necesita...esto no nos parece mal, ¿verdad?, no puede hacer daño el que yo reciba una pequeña ayuda extra. Además todo esto se relaciona con el sobrevivir, ya que la economía sumergida también se refiere a estas pequeñas cosas que facilitan un poco la vida a los que curramos duramente.
Pero el problema viene al pensar en gran escala, al sumar todos estos poquitos. Al perpetuar con los chanchullos la existencia de un sistema económico paralelo. No digo de negar a un estudiante trabajar cómo camarero para poder estudiar, ni a esa madre sacar una ayuda extra limpiando escaleras, claro que no. Lo que digo es que los que se benefician indirectamente de todo ello: el empresario de hostelería que se ahorra costes a la seguridad social y evita pagar lo que le corresponde a hacienda, las corporaciones que a base de becarios perpetúan la precariedad del empleo laboral en los jóvenes...esos son los que acaban haciendo que el sistema sea insostenible y haya que recurrir a este sistema paralelo para encontrar una ayuda para el día a día.
Si todos fuéramos conscientes de que con nuestras acciones contribuimos a que esto se perpetúe, quizás podríamos hacer presión para que los que realmente se benefician de todo ello, empiecen a percibirlo también.
