Al leer este artículo uno se pregunta, que fue del derecho de asamblea y de reunión, que fue de la libertad de expresión, que fue del uso y disfrute público de zonas públicas. Por qué podemos juntarnos miles de personas para ver un partido de fútbol y no podemos juntarnos para hablar y defender nuestros derechos. Por qué no pasa nada si miles de manifestantes se agrupan bajo una divisa política...y causa tanto miedo cuando no se le ven los colores a una población indignada.
Yo no veo "perroflautas" en esas fotos; no veo anarquistas, ni antisistemas, ni anonimous ni cualquier tipo de etiqueta que se quiera dar para hacer que las cosas sean simples...veo personas reales, y la realidad es compleja.
Está claro que algo tiene que cambiar. El qué...es un depende....el cómo...es gradual...el por qué...es obvio.
Cuando la población, acusada de pasiva y apolítica, alza su voz y se queja...es porque se ha traspasado una línea que nunca debería haberse tocado. Cuando se exacervan los extremismos con fines políticos, y el llanto popular se convirte en cortina de humo para fuegos que arrasan el estado del bienestar...cuando las cosas se ponen realmente feas y se decide tapar los espejos...cuando, hablando en plata, no se tiene ni puta idea de qué hacer...es cuando se recurre a la violencia.
El cambio no es el 20-N, el cambio empezó el 15-M, y quién no quiera verlo, es porque se quedó ciego gracias a sus propias cortinas de humo.
Despierta conciencia dormida, democracia olvidada, despierta, ha llegado el día.
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